lunes, 30 de junio de 2014

Una copa de arte

Una copa de vino al corazón  tinto, al corazón magullado, al corazón marchito. Un abrazo para los tactos, los olores, los labios. Un vino de experiencia, de peso, de rigor. Una copa de arte, del arte de tomar con todo el cuerpo lo que debría tomarse por la boca, tomarse a la ligera, solo una vez, pero uno termina inundado, olvidado del arte, de la altura, hasta olvidado del corazón. Vino para creer que pasamos por la puerta de los gustos medidos, de los sibaritas, de los bohemios, pero queriendo llegar al mismo centro del corazón dañado. Es tomar el camino bello pero tomarlo tanto que se acabe, que acabe donde siempre, que nunca acabe, pero se acaba irremediablemente...

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