martes, 21 de abril de 2015

Dime que no

Hay razones para ocultarnos los deseos que tan débilmente dominamos, para no saber que te gusta ser imaginado con las manos en mis pechos. Sé que piensas lo mismo que yo sueño, mientras ambos sonreímos con el nudo en los intestinos. Hay una razón para no caer de nuevo en la locura, en la delicia, en la absoluta entrega, aunque sea insoportable la barrera.

Te doy una salida, para que acabes con la absurda castidad que nos carcome; solo dime que no me amas, dime que la confusión ha terminado y que me deseas sin mentiras ni promesas.

Por mi parte no hay otro, no hay más que mi piel y mis ganas de tenerte; dime que no me amas y te dejaré entrar las veces que desees hacerlo.

Si decides no tomar lo que te digo, no habría ninguna posibilidad que nos contenga. No habrá marea que nos inunde por las noches ni días fugitivos.

De antemano se lo que decides, se que no serás capáz. Yo sigo aquí, seguiré. Fingiendo