Quiero que me leas, léeme por todos lados. Con las piernas abiertas, con los ojos cerrados, con los brazos como hojas esparcidas, como besos de tinta derramada.
Quiero que me leas sin que te lo pida, sin que lo sospeche. Que abras los ojos en la portada de mi cara tonta, dormida. Que te duermas con la misma historia mía siempre y me la cuentes en la madrugada.
Léeme con la nariz en los olores de las sábanas, donde se escriben los sueños cuando duermo.
Léeme porque hay tanto que quiero escribir y no puedo. Léeme porque no quiero ser un libro publicado, lleno de polvo que se olvida. Si no me lees no soy nadie, y quiero ser...
Me encantó Caro, cuán complicado es leer a a una persona, ¡pero qué interesante!
ResponderEliminarGracias Karen, que linda que te tomaste el tiempo de leerlo!
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