Yo no sé amar como la gente, conmigo no tendrás un
bello matrimonio ni una vida placentera. Lo único que sé es hacerte el amor y
el café por las mañanas. Quiero que despiertes por el olfato, para que
amanezcas con mi aroma por toda la casa. No quiero fallar ni un solo día. Si lo
dejo negligentemente en la cocina, será porque no te lo mereces, pero ahí
estará siempre. Nos hemos dedicado tanto a lo complicado que olvidamos lo fácil
que es despertar juntos. Basta con abrir los ojos sin recordar nuestros problemas,
nuestras promesas, nuestras cargas. Solo abrir los ojos y estar acompañados. El
café es lo mejor que soy, que puedo ser, que puedo dar. Tómalo. Haré café cada
día para que amanezcas conmigo sutilmente y puedas amarme a sorbos mientras
despiertas.
Sublime y bonito.
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