lunes, 7 de julio de 2014

En la estación

Hay que ser puntuales en la vida, llegar justo para volver a partir y viceversa. Así se avanza, a tramos precisos, abordando el tiempo como a un vagón. Llegar temprano no presionará al tren, terminaremos empujándolo y rompiéndonos la espalda sin moverlo, hay que subirse a tiempo y partiremos sin prisas. Pero llegar tarde a la estación es aun peor, porque podremos llorarle a las vías todo lo que queramos, pero nos quedaremos solos esperando que regrese algo que jamás avanza hacia atrás, el tiempo.

3 comentarios:

  1. Aunque el tren contiene una inercia aparentemente imparable, eventualmente lo hará porque es comandado por un humano que al final de cuentas siente. Es cuestión de que el individuo demorado y dolido actúe con enfoque, y transparencia, pensando con claridad para usar el medio que lo lleve a la siguiente estación aunque exista la probabilidad de que no llegue o simplemente no lo dejen abordar.

    ResponderEliminar
  2. Enamorado de la estela que se dibuja y se pierde...

    ResponderEliminar