lunes, 25 de agosto de 2014

De lejos

De lejos ya no veo a la gente, solo la ciudad largamente iluminada. De lejos las mentiras parecen tan pequeñas que ni parecen viles, se ven solo los reflejos en la soledad que dejan, como las luces que parecen mares luminosos. De lejos puedes ser quien eres, porque de lejos te mezclas con la gente, toda igual, toda gris, toda insignificante. De lejos sí me gusta sentarme y ver, porque no ves realmente nada, no ves a la mujer en la casa con el niño, no ves al peatón nervioso, no ves al perro vagabundo, no ves tu casa; de lejos no ves el microcosmos de problemas que viven los habitantes. Como ver un mapa. De lejos nada duele porque parece hermoso, de lejos no hay tráfico ni ruido ni olores desagradables, solo una sensación de ser magnánime, de poderlo todo, de abarcarlo todo. De lejos se que no desapareces, pero aparece en cambio, una vista hermosa: tu ausencia.

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