Y despedir el año y los años, y las estrellas y las noches. Envejecer en los aviones mientras creces y regresas un poco más viejo, más callado, más reflexivo y a la vez más lleno del mundo y de ti misma. Volando entiendo lo vivido, lo acepto mientras llego o regreso o me voy; comprendo que me quiero o que me odio, que la soledad no existe, que lo que me callo se guarda y lo que grito es un regalo. Volar ya no es una espera, es un preámbulo necesario para llegar preparados, cerrar ideas, entender amores, empezar a extrañar y crear expectativas. Viajar ligera de equipaje y cargada de recuerdos, soy todo lo que llevo, lo que dejo, lo que quiero, lo que busco, lo que no espero encontrar y me encuentra, soy un viaje y el vuelo y el tiempo, ese tiempo que toma llegar o irse, siempre conmigo.
Por eso me da por escribir en los aviones... Y por tomar y soñar mucho, sobre todo lo último y lo primero y un poco lo segundo; es un viaje en todas direcciones y sentidos que llega pero no se acaba, que me duele un poco y me da vida.
Un solo camino me asfixiaría, volar es lo más valioso que tengo; una posibilidad abierta, tomada o soñada o desconocida pero presente, real, escondida. Vivir es volar, vivir es pensar, vivir es amarme, amar ser capaz de sentir y de imaginar. Vivir es poder llorar y reír y por sobre todas las cosas poder tener más de un camino para elegir en donde aterrizar los sueños.
Con tus palabras tienes la habilidad de hacerme llorar o de hacerme sonreir y respirar profundo.
ResponderEliminarTus escritos son increibles.
Te admiro mucho por la gran persona que eres :)
Con tus palabras tienes la habilidad de hacerme llorar o de hacerme sonreir y respirar profundo.
ResponderEliminarTus escritos son increibles.
Te admiro mucho por la gran persona que eres :)
Gracias Tadeo, te quiero mucho mucho mucho.
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