Estando
así un poco sobria como estoy, te escribo para decirte que no quisiera más
tiempo para estar juntos, porque comprendo perfectamente que sería un error inocente
de las palabras. Tú me lo has dicho, todos tenemos exactamente las mismas horas
en el día, por eso podemos usarlas para pensarnos como queramos. Entonces, como
te digo, lo que hace falta es valor para decir lo que omitimos por no sufrir un
poco en el futuro o mucho si es que esto vale la pena. Lo que falta son ganas
de perder, de apostar lo último antes de marcharse, falta que queramos conocer
lo que no podemos tener, probar lo que sería si te quedaras, borrar el futuro
cierto y aventarse a extrañar a alguien. De cualquier manera estamos solos ante
lo que viene, qué cambia si seguimos solos habiendo perdido un poco la cabeza.
Aprovecho
para decirte ahora lo que esconderé mañana, a medias como tú, pero a final de
cuentas sin ganar ni perder nada, digo nada por no decir que ganamos dudas y
perdemos miedos.
Ojalá
que esto sea un invento mío y no una gran idea de alguien. Ojalá que te vayas recordando
momentos mediocres que no tocan angustias nocturnas ni provocan insomnios.
Es
fácil imaginar que ya te quise mientras no nos dimos cuenta de la hora, pero es
mejor saber que como no te quiero todavía puedo irme sin anuncios ni preámbulos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario