sábado, 26 de marzo de 2016

Doctor

Léeme de nuevo tu receta, pero ahora más despacio, como si estuvieras recitándome un poema. No me importa lo que diga, lo que quiero es escuchar de tu boca palabras dedicadas sólo a mi. Quiero imaginar por un segundo tu atención empeñada en mi placer.

Mientras te preocupes de esa forma, no te pediré que me quieras. En cambio, si dejas de leerme tus recomendaciones, esperaré que me beses sin preámbulos ni demoras.

Moriré si me falta alguna de las dos opciones. Como médico sabrás que no puedes dejar que eso te suceda.


martes, 8 de marzo de 2016

Ya no son los tiempos

Cuando no puedo dormir me acuerdo, más que nunca, de los que sí pueden. Sobre todo pienso en aquellos, a quienes debo de dejar dormir sin molestarlos.

Mis errores han sido míos, ya no quiero culpar a nadie, y algunos siguen y seguirán conmigo hasta la muerte. Esos errores que a nadie deben despertar, sino a mí misma.

Se que puedo ser feliz, medianamente, siempre que sepa desvelarme sola.

Ya no soy quien pueda desbordarse y exigir amor de nadie, porque hubo un tiempo para darlo todo y ya me ha rebasado.

Ahora me queda construirme, lenta y tranquilamente, en mi mente.

Puedo aun amar sin remedio sobre mis letras, las queridas letras que jamás me dejan, las únicas que permito me desvelen.

Llorar también se acaba, se acaban las razones, que poco a poco, se vuelven noches cotidianas.

No quiero privar a nadie de dormir sin mí, o con alguien menos roto.

Ya no son los tiempos del amor.

Seré yo misma, la de siempre: desenfrenada por la vida, exagerada, apasionada... rota.

"La Mujer Rota"

lunes, 7 de marzo de 2016

Yo nunca te quise

Qué mala suerte, porque si me gustaras menos me quedaría contigo. Sin importar lo corto de los días, ni los largos silencios. Mi plan después de ti sería, simplemente, continuar como si no te hubiera conocido.

Pero no tenemos esa suerte, no sabemos perder con dignidad los que queremos demasiado, no sabemos caminar después de haber volado.

Quisiera no quererte para seguir contigo hasta que te vayas, pero quedarme... quedarme después de conocerte sería injusto.

A lo mejor soy una cobarde; me ahorro las verdades, las noches donde nadie duerme, los besos, sobre todo los besos, y más... me ahorro la esperanza de ver que tuviste razón todo este tiempo, la paz de las mañanas, el abrazo con sentido y el automático; me ahorro despertar juntos en la cama o en la mente, me ahorro todo, todo hasta la despedida.

Y con todo el tiempo que haya ahorrado por no querer estar contigo... voy a soñar que nunca te quise.