Cuando no puedo dormir me acuerdo, más que nunca, de los que sí pueden. Sobre todo pienso en aquellos, a quienes debo de dejar dormir sin molestarlos.
Mis errores han sido míos, ya no quiero culpar a nadie, y algunos siguen y seguirán conmigo hasta la muerte. Esos errores que a nadie deben despertar, sino a mí misma.
Se que puedo ser feliz, medianamente, siempre que sepa desvelarme sola.
Ya no soy quien pueda desbordarse y exigir amor de nadie, porque hubo un tiempo para darlo todo y ya me ha rebasado.
Ahora me queda construirme, lenta y tranquilamente, en mi mente.
Puedo aun amar sin remedio sobre mis letras, las queridas letras que jamás me dejan, las únicas que permito me desvelen.
Llorar también se acaba, se acaban las razones, que poco a poco, se vuelven noches cotidianas.
No quiero privar a nadie de dormir sin mí, o con alguien menos roto.
Ya no son los tiempos del amor.
Seré yo misma, la de siempre: desenfrenada por la vida, exagerada, apasionada... rota.
"La Mujer Rota"
No hay comentarios:
Publicar un comentario