sábado, 24 de enero de 2015

Ceguera

"El error no es ceguera, el error es cobardía" Nietzsche

Esta es la primera botella que echo al aire para que la encuentres, después de tantos años. Por fin puedo ver claramente, buscar mi objetivo, disfrutar el camino; tengo que decirte que por mucho tiempo tuve un velo que me cegaba, sin darme cuenta, pensé que era ya parte de mi personalidad, pero ya no era ni remotamente la mujer que habías conocido, me perdí y cambié, ni siquiera hubieras reconocido en lo que me había convertido. Quiero que sepas que no he conocido a nadie que tenga tu capacidad de comprender y adentrarse en una idea, hasta sentirla y hacerla suya. Nadie que logre sentir un pensamiento. Comencé a perderme cuando más nos acercamos y terminé de caer hasta hace unos meses, fue un largo descenso. Ya no estás y no sé dónde buscarte, porque no estás en este mundo, no en el mismo donde yo habito, pero quiero que sepas que extraño a ese amigo que fuiste, incondicional, más allá de las fronteras de la razón humana, más allá de tu propio dolor. Por todas las cosas buenas y malas que  he hecho, ya las he pagado, y si me tocó enfermar fue solamente una coincidencia de la vida, pero ya estoy lúcida y clara, estoy feliz. Ojalá que recuerdes lo bueno y olvides lo malo, no soy un ser humano con maldad, y verdaderamente te he extrañado y querido. Ojalá que accedas a ese lugar que descubrí un día contigo, pero esta vez lleves no solo a una amiga, sino a la persona que tenga la llave para quedarse ahí por toda la vida, ese lugar que no es ningún lugar. Te quiero tan sinceramente que no habría posibilidad de hacerlo más. Ojalá encuentres y reconozcas mis palabras.

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