miércoles, 24 de junio de 2015

Cambiemos a los "caballeros" por hombres

¿Por qué existen los llamados "caballeros"? y ¿Por qué son tan deseados por todas las mujeres y respetados por los hombres?

Desde una perspectiva sociológica, los géneros y sus respectivas características se han venido construyendo a lo largo del tiempo con las prácticas, las costumbres y hasta con las creencias y la mitología. Ya hay pactos establecidos entre hombres y mujeres, donde se sobreentiende quien pertenece a qué grupo y cuáles son los lugares permitidos para cada uno.

Y no pasa nada...

No pasa nada si somos diferentes, de hecho sí somos distintos, PERO... Lo malo comienza cuando pensamos que somos "opuestos" o " contrarios", es decir que lo opuesto a ser hombre es ser mujer y viceversa. De ahí surge que las "damas" necesitemos "caballeros", porque sirven para cuidar y proteger a lo opuesto, que es por definición, algo débil y frágil que necesita ser mimado y cuidado.

Si asumimos que somos solamente diferentes y no opuestos, podríamos seguir siendo atentos unos con los otros, ser puntuales, serviles y empáticos; podríamos seguir pagando las cuentas, invitarnos al cine o abrirnos las puertas. Pero lo más importante de todo, es que cada quien, hombre y mujer, podría construirse una personalidad más rica e interesante, que combine las características que mejor le plazcan y no necesariamente sean dos opciones contrarias.

Por eso... yo no soy débil, tengo debilidades; no soy independiente, he aprendido de mis errores; no soy puta, disfruto la sexualidad; no soy santa, tengo valores. En conclusión, lo que me falta lo puedo aprender de ti y ser de mil maneras distintas, tanto que la vida sea para enriquecerme como ser humano y no para seguir un patrón aburrido.

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